Como Subdelegado del Gobierno de España en la provincia de Jaén saludo y felicito a los componentes de la Asociación de Reservistas Voluntarios Fernando III a la vez que animo a la sociedad jiennense a cooperar con el Estado en una de las facetas, aunque poco conocida, importantísima como nexo de unión entre el ciudadano de a pie y las Fuerzas Armadas.
Todos los españoles tenemos el derecho y el deber, consagrado en la Constitución, artículo treinta, de la defensa de nuestro País. La supresión del servicio militar obligatorio supuso, en el año 2001, un momento de ruptura entre el pueblo y las Fuerzas Armadas al convertirse éstas en profesionales.
Los reservistas voluntarios nacen con los Reyes Católicos durante la toma de Granada y tienen una importancia capital en nuestra Guerra de la Independencia, sufriendo distintos avatares y desapareciendo prácticamente durante el siglo diecinueve al implantarse el Servicio Militar Obligatorio.
Como en el resto de las sociedades libres de Occidente en España pronto surgió un movimiento para que los españoles con capacidades personales y conocimientos que quieran aportar algo a nuestros Ejércitos pudiesen acceder a ellos de forma temporal y poner a disposición del Estado su compromiso, solidaridad y formación para con él.
Para poder integrar este movimiento ciudadano, en la Ley 17/1999 aparece formalmente el Reservista Voluntario reflejadas sus funciones en el Régimen de Personal de la Fuerzas Armadas.
La edad y el compromiso (mínimo dos/tres años) no son obstáculo, entre los veinticinco y cincuenta y tres años de edad, pudiendo ser soldado, marinero, sargento o alférez. El Reservista nunca se moviliza, se le activa en su puesto cuando las circunstancias lo requieren y siempre por periodos no superiores a un mes.
El Reservista es un civil insertado en las Fuerzas Armadas y un militar en su quehacer diario en la Sociedad Civil, en definitiva una experiencia muy positiva que hace que tengamos un mejor conocimiento de nuestras Fuerzas Armadas y rompe la estanqueidad entre lo civil y lo militar.
Afortunadamente cada vez son más los ciudadanos, mujeres y hombres, que están llegando a las Fuerzas Armadas como Reservistas Voluntarios y desde estas líneas quiero felicitarles por su decisión y agradecerles la dedicación y el tiempo que entregan a todos los españoles de forma totalmente desinteresada.
Finalmente reitero mi petición a la población en general para que se acerque a nuestras Fuerzas Armadas por la vía de los Reservistas Voluntarios, en el bien entendido de que no se trata de una profesión, sino de una dedicación a tiempo parcial, que le permitirá conocerlas a fondo, convivir con sus componentes y poder colaborar con ellas sin ser un militar profesional.
Juan B. Lillo Gallego
Jaén, 4 de abril de 2013